#Fotoanchegos2022

Soy Ramón Coloma Mozos tengo 41 años, natural de Puertollano. Pasé toda mi infancia y parte de la adolescencia en Puertollano. Posteriormente anduve entre Ciudad Real y Puertollano cursando mis estudios universitarios en Ingeniería informática. Desde el 2012 vivo en Madrid por motivos laborales.

Con 7-8 años descubrí las cámaras de fotos, de carrete aún por aquellos entonces, la vieja Werlisa de mi padre estaba vetada, pero comencé a hacer mis primeras fotos con una cámara que me regalaron. Aún recuerdo el primer carrete que llevamos mi madre y yo a revelar, menuda bronca me llevé por hacer fotos a un parque vacío, a unos árboles… Mi padre me dijo: “¿Por qué malgastas carrete haciendo fotos a la nada? ¿No puedes hacerles fotos a tus hermanos o a tus primos como la gente normal? Estas fotos son para tirarlas todas a la basura, no vale ninguna para nada”. Y es que ya de pequeño me gustaba mucho hacerle fotos al paisaje, a los animales a las plantas o curiosidades que me encontraba en mis paseos a pie o en bici por los montes de mi zona. Aún recuerdo cuando en 2001 convencí a mis padres para que compraran de segunda mano la primera cámara digital que entraba en casa, una cámara compacta sin zoom, con modos automáticos y semiautomáticos.

Desde 2001 han pasado por mis manos al menos media docena de cámaras compactas, más modernas, con mejores rendimientos, mejores características, pero todas compactas. Me negaba a llevar una réflex en la mochila durante mis viajes, ya bastante tenía con el equipaje.

Todo cambió en el verano de 2016 cuando mi padre me regaló su vieja réflex, una Pentax K200D, que aún conservo y descubrí ante mí un mundo que no había querido ver antes. Pasé de negarme a llevar una cámara Réflex a llevar un mochilón que en algunas ocasiones supera los 21 Kg, con hasta tres cuerpos, varios objetivos y mucha cacharerría. No tengo ninguna duda que fue entonces cuando me picó el gusanillo y el veneno se apoderó de mí, comenzando así una carrera de fondo que a día de hoy aún mantengo, en la que el afán por mejorar mis fotografías y aprender el inmenso mundo del procesado digital me ha llevado a ser algo obsesivo, ocupando la mayor parte de mi tiempo libre.

Desde el inicio me cautivó la fotografía nocturna, principalmente la de Vía Láctea, poco a poco fui investigando por mi cuenta, foros, revistas, youtube… me empezó a interesar más y más la astronomía y poco a poco fui haciendo astrofotografía y astropaisaje, la que el equipo y la técnica me permitía. Depurando la técnica, mejorando el equipo y sobre todo los trackers o rastreadores de estrellas portables me han permitido obtener fotografías que unos pocos años antes ni había imaginado conseguir, fotografías que cuando las veo en la pantalla de la cámara una mar de emociones y satisfacciones me inundan.